Capítulo 1 - Introducción

Hola.

Me llamo Emily Scatterford. Tengo trece años y hasta hace poco vivía en la pequeña pero acogedora ciudad de Nueva Orleans, Louisiana. Pero ahora, para mi desgracia, me he tenido que mudar hasta Los Ángeles, la gran ciudad. Antes de nada, os voy a contar cosas sobre mí.

Bueno, a ver...soy alta, mido como un metro sesenta. Tengo el pelo rubio intenso como los rayos del sol y los ojos color aguamarina, con algunas pecas alrededor de la nariz. Suelo vestir jeans gastados, o tejanos, acompañado de camisetas de manga corta o sudaderas informales. Suelo llevar botines, y mi zapatero consta de muchas Vans, Reebok y algún que otro par de Converse o sandalias.

Vaya. Tenía muy pocas ganas de marcharme de Nueva Orleans. Y mucho menos a un sitio tan agobiantemente inmenso como Los Ángeles. Y por poco no me da un ataque cuando mi madre me lo dijo.

Yo acababa de volver del colegio. De repente, me encontré a mi hermanito pequeño, John, haciendo la maleta, y a mis padres empaquetando las cosas como posesos. Entonces, como nadie me echaba cuenta, pegué un chillido.

-¿¿SE PUEDE SABER QUÉ PASA AQUÍ??

Todos me miraron.

-¡Cariño, se me olvidó decírtelo! -exclamó mi padre- ¿Te acuerdas de aquel puesto de guionista en Los Ángeles?

Me temí lo peor. Papá era un célebre escritor de cine, había trabajado muchas veces para Hollywood, lo que había causado cosas tan guays como conocer a Johnny Depp o presenciar el estreno de una película con Robert Pattinson. Aunque siempre habíamos vivido en Nueva Orleans, papá siempre estaba en Hollywood, por lo que, dos meses antes, mandó una solicitud para un puesto fijo como guionista. Y entonces supe que lo había conseguido.

-¡Nos vamos a Los Ángeles! -gritó John entusiasmado-. ¡Voy a conocer a Barney!

-Barney no existe, imbécil -espeté a mi hermano, cabreada.

John, sollozando, corrió a su cuarto. Qué tío más idiota, se cree que los dibujitos animados existen de verdad.

-¡Emily! -exclamó mi madre, enfadada- ¡No seas así con el pobre!

-Yo pensaba que te hacía ilusión ir a Hollywood... -musitó mi padre con tristeza.

-Claro que sí, papá -mentí-, pero...¿Qué pasa con la escuela?

-Irás al Hollywood High School.

-¿QUÉEEE?

¡Mi padre tenía que estar zumbado! ¿A Hollywood High School? ¡Allí era a donde iban todos los famosos de entre 11 y 18 años! Desde luego, no me desagradaba la idea de compartir pasillos con Selena Gomez, Demi Lovato, Nick Jonas, Miley Cyrus...¡Y vivir TAN cerca de tantos famosos!

Pero no iba a doblegarme tan fácilmente...

-Ve a hacer la maleta -ordenó mi madre mientras empaquetaba el televisor de pantalla plasma en una calla repleta de gomaespuma.

-¡Vale!

Subí las escaleras, y lo primero que hice fue gritarle a mis cobayas, Smith y Ruby:

-¡¡NOS VAMOS A HOLLYWOOD!!